Seguro que has oído hablar del decantador de vino pero quizá no sepas cómo usarlos correctamente. En realidad su uso es muy sencillo y, aunque los expertos no se ponen del todo de acuerdo sobre si son siempre adecuados o no, el decantador es más necesario en los vinos añejos o cosechas antiguas, de unos 5 o 10 años.
El decantador de vino persigue dos objetivos fundamentales:
- En los vinos añejos o viejos, el decantador nos ayudará a separar el vino de su sedimiento. Recuerda que el vino es un producto vivo y con el paso del tiempo genera depósitos, por lo que con un decantador dejaremos los elementos sólidos en la botella. Para conseguirlo debemos verter el vino lentamente en el decantador. Los vinos jóvenes se pueden verter sin miedo en el decantador, pues no tienen sedimentos.
- Oxigenar los vinos para que se muestren más expresivos, complejos, menos alcohólicos y descubrir todo su aroma y sabor.
Cuando se decanta un vino añejo se vuelve más frágil al contactar con el oxígeno, por lo que es recomendable decantarlo en el mismo momento en que se vaya a beber.
Cómo debe ser el decantador de vino
- De cristal. Aunque se fabrican de diferentes materiales, el mejor es el vidrio porque mantiene el vino a la temperatura adecuada.
- Transparente. Se realizan de casi todas las tonalidades, pero un decantador transparente te permitirá apreciar el color del vino y podrás limpiarlo a fondo más fácilmente
- Con la base ancha. Los hay de múltiples formas, algunos muy llamativos, pero lo único que es imprescindible es que tenga la base ancha para poder oxigenar bien el vino.
- Con capacidad del doble del de la botella de vino, para que el vino quede en la base ancha del decantador y el oxígeno penetre en todo el líquido.
Tras utilizar un decantador de vino es muy importante limpiarlo a fondo con agua caliente y sin jabón, para que no afecte a los vinos posteriores. Después escurrirlo boca abajo. Con el paso del tiempo y el uso continuado se puede despositar un fina película de taninos en las paredes del decantador empañándolas.
En definitiva, el decantador puede dar un toque sofisticado a la mesa a la vez que nos descubre nuevos sabores y aromas en los vinos más añejos.